Las cerdas de raza ibérica no necesitan ‘juguetes’
07/04/12
Las cerdas de cría de Huelva no necesitan juguetes, como ruedas neumáticas, cajas u otros artilugios, para entretenerse y combatir el estrés en los periodos de gestación. Las cochinas onubenses son ibéricas y disponen de amplias dehesas en las que explayarse y donde encuentran todo lo necesario para desenvolverse a diario mientras buscan alimento con el fin de conseguir unos vástagos de máxima calidad como corresponde a su raza.
Y es que en Huelva, la inmensa mayoría de las explotaciones porcinas son intensivas y no extensivas como ocurre en otras zonas de Andalucía y España que se dedican a la cría de cerdo. La forma de explotación ganadera de la provincia onubense nada tiene que ver con esas granjas en las que se acumulan cientos de animales porcinos cuya carne (fresca o en chacina) va a parar a las grandes cadenas de alimentación y las grandes marcas. Se trata de granjas intensivas dedicadas a la cría de cerdo blanco, a las que afecta principalmente la nueva Ley de Bienestar Animal, y que obligará a partir del 1 de enero de 2013 a cambiar por completo la forma de explotación. Más espacio para que los animales convivan en mejores condiciones, mejores instalaciones y proporcionar a las hembras gestantes unos cuidados para obtener unos jamones de la mejor categoría posible son algunas de las obligaciones a cumplir.
La nueva normativa exige que para mantener el número de plazas de madres, se tendrá que aumentar la superficie de la explotación o bien reducir la cabaña ganadera, ya que se deberá incrementar en un 30% el espacio disponible. Si hasta ahora las cerdas en periodo de cría estaban ubicadas en jaulas individuales donde vivían y comían separadas del resto, con la normativa deberán hacerlo en unas dependencias espaciosas y abiertas.
Ninguno de estos requisitos causará quebranto alguno a las explotaciones porcinas onubenses, que basan su actividad en los espacios abiertos de las dehesas de encinas y alcornoques, que proporcionan a los cerdos ibéricos toda la alimentación que necesitan para que sus jamones, paletillas y cañas de lomo tengan una calidad única e inigualable. Las cerdas reproductoras del ibérico campan a sus anchas por estos ecosistemas prácticamente todo el año que sólo en los dos periodos de gestación abandonan para tener sus crías. Además, las dependencias están ubicadas dentro de los límites de la finca y reúnen las condiciones necesarias.
Pocos serán Huelva los ganaderos del porcino que tengan que introducir cambios en sus explotaciones para adaptarlas a la nueva ley europea, según las estimaciones del presidente del Asaja-Huelva, José Luis García-Palacios, que destaca el carácter extensivo de la cría del cerdo ibérico. No obstante, asegura que los criadores tendrán que estar atentos a la nueva normativa, que debería contemplar mejoras de explotación para los animales sí, pero «acordes con la lógica».
La adaptación de las explotaciones para cumplir los requisitos que exige la Unión Europea supone un coste de entre 200.000 y 300.000 euros, según han cifrado ya los ganaderos, que han alertado que mientras los costes de producción subirán y la productividad disminuirá. La generosidad del ecosistema onubense marca la diferencia una vez más.
Noticia extraída de: www.huelvainformacion.es
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